Desde pequeña, he crecido rodeada de mis primos y he ayudado a cuidar a mi hermano menor. Estas experiencias me han permitido desarrollar un profundo amor por los niños. Siempre he creído que los más pequeños son las almas más puras e inocentes del mundo, y por eso pienso que merecen ser tratados con la máxima atención y delicadeza. Sé que confiar el cuidado de tu hijo a alguien que no conoces puede ser una decisión difícil, pero quiero que sepas que, a mis 18 años, me comprometo a cuidar de ellos con el mismo amor y dedicación que les daría a mis propios hermanos. Estoy por comenzar la universidad, donde asistiré a clases por las tardes. Esto significa que estoy disponible todas las mañanas (excepto los jueves) y durante los fines de semana. Además, puedo estar disponible en días excepcionales si es necesario. Aunque soy joven, mi edad no refleja irresponsabilidad o inmadurez. Al contrario, creo que un niño cuidado por una persona joven puede sentirse más cómodo y, lo más importante, no sentir que está perdiendo el lugar de mamá o papá. Si estás interesado/a en conocerme mejor, no dudes en ponerte en contacto conmigo. ¡Estaré encantada de hablar contigo y contarte más sobre mí!