Cuidado, amabilidad y paciencia,son necesarias para cuidar mayores. Me tocó muy de cerca, como hija única, ayudar y apoyar a mi madre en el cuidado de mi padre quien padeció una demencia senil muy severa, agravado con un cáncer de próstata y huesos. Conocí a fondo el motivo que desencadenó tal complicación. Durante 15 años de mi vida experimente que el amor y el perdón son la terapia más efectiva, según los facultativos, el 50% del éxito en la recuperación, depende de esto. Más allá de ser un mandato divino, son habilidades que se pueden aprender desde la inteligencia emocional. A día de hoy mi inclinación por el cuidado de los mayores es porque la fortaleza mental y espiritual que debe tener la persona, son dos atributos que poseo y ofrezco mi tiempo con alegría. Quedo a su entera disposición para una entrevista y aporte de referencias personales y laborales. Atte. Anna