Cuidadora encantada
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De toda la vida he sido amante de los animales, en general. En casa siempre ha habido o un perro o un gato. Y durante una época también hámsters.
Soy de esas personas que va por la calle y se le va sola la cabeza cuando ve un perro. Y siempre que el dueño y el animal me dejen me encanta hacerle caso, acariciar, jugar con él/ella y darle mimos.
Cuidar de los animales no supone un sacrificio ni una carga. Y de hecho, estas tareas las llego a ver como algo beneficioso para mi. Como es ir a pasear o cuidar del hogar para que esté limpio (para el bien de mi perra y del mío).
En más de una ocasión mis familiares me han encargado que vaya a sus casas cuando están de vacaciones para que cuide de sus animales o los pasee.
Y, la verad, es que no me importaría hacer este trabajo porque casi no es un trabajo.